lunes, 22 de diciembre de 2014

Gagarin, la guerra...


La guerra, querido Yuri.  La guerra ha llegado,
mi solcito. Los fascistas están muy cerca, junto a Viazma.

                                      Mamá, como si la hubieran segado, se desplomó sobre un banco,
se cubrió el rostro con un delantal  y comenzó a llorar silenciosamente.
El viento comenzó a levantar el polvo por la calle,
callaron las canciones en la aldea.
Y nosotros, los niños, nos sosegamos e interrumpimos nuestros juegos.

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